Por Maritza Avalos Osorio
Gabriel Lara originario de Serdán. Está sentado sobre un banco frente a la Capilla del Rosario de Puebla Capital, el aire frío hace que su cabello blanco con tintes grises, esté fuera de lugar; sin embargo, no está del todo alborotado porque el sombrero de paja que trae de color blanco, junto con una cinta negra. Protege en mayor parte su cabellera que le llega arriba de los hombros.
Este sujeto se ha vuelto parte de Puebla, porque desde hace dos años los poblanos están acostumbrados a verlo, a él y a otras personas que piden una caridad y que ahora son parte de la esencia de la calle cinco de mayo. Así lo afirmó Gabriel.
Viste con pantalón de mezclilla color azul marino Prusia, playera blanca, camisa con cuadros de coloración gris y amarillo palo, un chaleco de color negro, una bufanda viso azul cielo, calzado negro parecido a los crocs y tiene una muleta donde recarga su brazo derecho, de esta manera tiene una postura erguida. Grita de manera constante “una caridad”, y cada vez que una persona se le acerca para darle unas cuantas monedas extiende su vaso de plástico rojo de productos aramo para recibirlas, después dice “Dios los bendiga”
La luz de las 10:15 de la mañana, permite a un ojo fisgón detenerse en sus rasgos: ojos color carbón, orejas del largo de una caja de pasadores marca Maruca, labios parecidos a los de la cabeza olmeca, estatura aproximada de 1 metro con 58 centímetros, los hoyuelos en sus mejillas, su piel como color chocolate y su bigote
Dice que le gusta el comercio de los tacos al pastor.
– Ahora tengo 53 años de edad, per tenía como 35 años cuando trabajé en la feria de San Nicolás Buenos Aires por parte de la Taquería los tarascos -se dibujó una sonrisa en su rostro- a las gringas les gusta cómo vuela la piña, hasta me daban propina. Gracias al comercio de los tacos he tenido la oportunidad de conocer varios lugares como Acapulco, Guadalajara, Cancún, Morelia, Monterrey, Michoacán, Oaxaca e incluso Panamá.
Pero desde que me accidenté ya no laboro más en ese ramo, porque se necesita mucha fuerza y movimiento para cargar el tronco, hacer bolas de carne, asarla (…), Todo mi tobillo se deshizo, luego me pusieron una placa pero no me quedó bien, por lo que el dinero que junto lo uso para cubrir los gastos de mi tratamiento que no cubre el seguro popular, para pagar la renta, comer, en fin para los gastos que hay día a día.
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Si hay algo que cualquier persona puede notar en Gabriel Lara es su herida en el tobillo del pie derecho, cubierta por una gaza sostenida por dos vendas. Esta contusión es la causa por la que ya no labora más en taquerías, por lo que se le puede encontrar de lunes a viernes en un horario de ocho de la mañana a seis de la tarde frente al Templo de Santo Domingo, pero menciona que hoy en día ya no va los martes, porque es cuando hay menos gente en la 5 de mayo situación que no le conviene porque se hace de hora a hora y media de viaje, pues vive en Tlaxcala San Lorenzo Axocomanitla y su transporte sólo son los camiones.
Ahora Gabriel ve hacia la nada, con una sonrisa discreta y ocultándola menciona, con tono de voz un tanto más alto estoy agradecido con la gente poblana que es caritativa, y le gusta ayudar.