El turismo como escaparate para defender culturas indígenas y medio ambiente

«Lo que estamos buscando es el desarrollo comunitario con identidad teniendo como escaparate el turismo», detalló Campos.

RITA es una asociación de organizaciones comunitarias que ofrecen servicios turísticos con identidad indígena. Agrupa a más de 100 organizaciones en 16 estados de México y con la presencia de 17 pueblos indígenas como purépechas, totonacos, mazahuas y lacandones.

Campos explicó que a través RITA se busca una vida digna para las comunidades sin perder su identidad, en contraste con los casos en que «el turismo ha sido una actividad que ha impactado negativamente a la biodiversidad y a la cultura».

Ejemplo de ello es la zona maya, con «un alto índice de turismo pero también con un alto nivel de pérdida de lengua y de biodiversidad debido a los megaproyectos turísticos», declaró.

A través de RITA «buscamos integrarnos en este desarrollo turístico pero sostenible, que permita mantener la identidad y desarrollo como pueblos», agregó el directivo.

«La actividad turística la enfocamos hacia la construcción de una plataforma para el desarrollo de los pueblos indígenas, generando mecanismos económicos sustentables que conserven y aprovechen el uso de la biodiversidad», agregó.

Campos reconoció que el turismo sostenible está resurgiendo frente al tradicional, ya que se percibe un cambio hacia un turismo menos agresivo a nuestro medio natural.

«Hay una mayor concienciación por parte de los turistas nacionales y extranjeros; por ello ha crecido la demanda», indicó.

Añadió que los nuevos proyectos de financiación turística deben incluir una concepción más centrada en el desarrollo local.

De acuerdo con Campos, «no se trata de generar proyectos que puedan tener un impacto negativo en la identidad o en la forma de organización comunitaria».

Destacó que los proyectos turísticos tienen que contemplar lo que las comunidades hacen en su día a día con el mantenimiento de su cultura, su biodiversidad y conocimiento tradicional para integrarlo en la actividad turística.

Mencionó que uno de los principales retos es conectar este concepto de desarrollo indígena en la Estrategia Nacional de Turismo, además de fortalecer e impulsar la promoción de los destinos turísticos de RITA.

Enfatizó que aunque en esta época vacacional la mayor afluencia es hacia la zona maya también hay una alta demanda en sitios de turismo cultural como Teotihuacan, en el Estado de México; la Sierra Norte de Puebla, y Capulálpam de Méndez, pueblo mágico en Oaxaca, que forman parte de RITA.

Campos señaló que en la Red participan mujeres, hombres y jóvenes con distintos emprendimientos económicos no solo turísticos, y además trabajan por la conservación de la flora, la fauna y el conocimiento tradicional como la medicina ancestral, así como el rescate, conservación y revaloración de prácticas culturales como música, danza, literatura, fiestas y ceremonias.

También se practican actividades productivas generadas del trabajo del campo como la venta de miel, vainilla, café y productos de la milpa.

Campos expresó su preocupación ante los factores que desalientan la llegada de turismo como los eventos naturales (actividad volcánica y sísmica), la inseguridad y la excesiva difusión que centra el foco en sitios particulares de México y quita la atención a otros igual de importantes.

La oferta turística que ofrece RITA es enriquecedora, señaló Campos, ya que el visitante o turista puede conocer la cultura indígena viva de las comunidades, compartir su historia, sus prácticas comunitarias y su cultura, y disfrutar de la gran riqueza natural de México.