Los adultos de hoy en día, recordamos con nostalgia y alegría haber utilizado en nuestros juegos infantiles los juguetes artesanales mexicanos: trompos, baleros, pirinolas, yo-yos, loterías, muñecas de trapo, marionetas, matracas, luchadores, tablitas mexicanas y muchos más. Todos, cumpliendo con características atemporales que siguen asegurándonos horas de entretenimiento.

1. Balero

Nos enseñó el verdadero dolor.  Cada vez que intentábamos jugar con él, nos llevamos fuertes golpes y moretones en las manos. ¿Parábamos? No, de hecho soportábamos el dolor con tal de meter esa bola de madera sujeta en un cordón, a la punta del palo.

 

2. Matraca

Al principio los papás nos la daban con mucho gusto, luego no sabían cómo quitárnosla por el ruido que hacíamos en la casa.  ¡Karma!

 

 

3. Boxeadores

Hechos de madera, estos juguetes eran muy fáciles de usar y podíamos pasar horas de diversión tratando de derribar al adversario.

 

4. Lotería

Este juego podía entretenernos por hora. Bueno, siempre y cuando ganáramos. La dinámica seguro la recuerdas: poner un frijol  en la imagen que el gritón iba nombrando hasta completar el  tablero que teníamos. Nuestro hit, sin duda, era gritar: ¡LOTERÍAAAA!

 

5. Tablitas Mexicanas

Ok. A estas, al principio no les encontrábamos el chiste, pero una vez que veíamos lo que hacían sólo pensábamos en una cosa: ¡¿Qué clase de brujería es esta?!

Este juguete es una serie de tablas de colores de madera unidas por unos listones que al estirarse parecen estar unidas y no moverse, pero al tomarlas de uno de los extremos crea la ilusión de que una de las tablitas se desprende y se dirige hacia el otro extremo pero sin separarse de las demás.

 

6. Pirinola

Esta era una nuestra versión mini y portátil de «Las Vegas». Podíamos sentirnos muy mal cuando una de las caras de la pirinola nos obligaba a «Poner», pero cuando nos salía «Toma todo»… ¡nos sentíamos los reyes del juego!

 

7. Trompo

No se rompían y aguantaban todos nuestros trucos. Cuando hacíamos competencias de “a ver cuál dura más tiempo girando”, obviamente el nuestro resultaba ganador.

 

8. Yo-yo

Se podía conseguir de dos tipos: de mariposa o redondo. Este juguete, a diferencia del que vendían en las papelerías o en los mercados, estaba hecho de madera y pues sí… era más resistente a los golpes, esos que le dábamos cuando se nos caía en el momento que hacíamos «el columpio» u otro truco ganador.

 

9. Muñecas de trapo

¡Eran la onda! No tenías que gastar en accesorios como con las Barbies. Otro punto a su favor: eran suavecitas, tiernas y no necesitaban de cuidados extremos.

 

10. Atrapa novios

Otro juguete que no nos emocionaba mucho, pero nos parecía gracioso por el simple hecho de hacerle la maldad a alguien: atrapar el dedo de una persona tras decirle que lo colocara en un extremo del juguete.