Hace algunos años era un lugar al que sólo iban adultos, una cantina tradicional, punto de reunión después del trabajo, un espacio para relajarse con una clientela muy enfocada; sin embargo, ahora también asisten jóvenes que disfrutan de las bebidas que se preparan en este establecimiento.
En ese entonces, existía un encierro de autobuses cerca del bulevar que hacían su última parada frente a la cantina. Durante aquella época, su familia poseía una cocina donde llegaban decenas de choferes de autobuses. Al poco tiempo, aprovecharon la popularidad del lugar para abrir la cantina que continúa sirviendo en la actualidad a oficinistas, obreros y estudiantes por igual.
Dirección: 4 Sur 708, Centro Histórico