Assassins Creed ¿la primera decepción del año?

2017 planteaba ser un excelente año para el mundo cinematográfico, desde la primera semana de enero veríamos estrenos muy esperados, entre ellos la ambiciosa adaptación del popular videojuego Assassins Creed.

Michael Fassbender nos sumerge en la eterna lucha entre Templarios y Asesinos por el Fruto del Edén,  que se cree contiene el secreto del libre albedrío, pero ¿cumple con las expectativas? Podríamos decir que no, la narrativa de la historia no es buena, deja muchos cabos sueltos, que no dejan al espectador comprender la historia totalmente, a menos que estés familiarizado con el videojuego.

Callum Lynch (Michael Fassbender), un preso que luego de ser ejecutado y declarado clínicamente muerto es reclutado por la fundación Abstergo, es aquí donde descubrirá que es descendiente directo de Aguilar el último Asesino que conocía el paradero final del Fruto del Edén.

A pesar que Assassins Creed tenía una trama explotable, se entorpece con sus aspiraciones por construir un discurso de trasfondo anti-violencia que resulta confuso y absurdo, como la mayoría del filme, un relato episódico y predecible que sólo rebela las deficiencias de una lucha entre sectas que jamás se siente auténtica.

La película cuenta con actores de renombre como Marion Cotillard, Charlotte Rampling, así como Michael Fassbender,  grandes actores dolorosamente desaprovechados.

Assassins Creed es una película introductoria de impresionante producción, pero débil en su construcción dramática, un desarrollo plano que se salva gracias a las intensas escenas de pelea.