Logan llega a superar todas las expectativas

La película es una maravilla, el primer acierto de Logan está en los primeros minutos de la película. El director James Mangold no pierde el tiempo en revelarnos que nos hallamos en un lugar inhóspito y peligroso, en el que incluso los superhéroes son vulnerables.

La historia se desarrolla en 2029 y se ubica en una frontera geográfica pero también psicológica donde vemos a un Logan (Hugh Jackman), que apesta a muerte y a alcohol, pero lo más doloroso es que ha renunciado absolutamente a cualquier tipo de ilusión. Lo único que le impide no dejarse llevar del todo por su evidente impulso autodestructivo es la responsabilidad de cuidar a Charles Xavier (Patrick Stewart), la única persona que lo quiso de verdad y que fue capaz de salvarlo, incluso de sí mismo.

Logan es una película que, más allá de pertenecer a un género determinado, está construido con una certeza inapelable y con una gran inteligencia.

Todo se torna más dramático, cuando el destino obliga a Xavier y Logan a salvar a una niña llamada Laura de los mercenarios que pretenden devolverla al programa Transigen, del cual ella había logrado escapar con la ayuda de una enfermera. Laura es la prueba viva de que existe una nueva generación de mutantes.

Es a partir de aquí que comenzamos a ver épicas escenas de acción, con mucha mucha sangre, pero que son disfrutables y en ningún momento se ven forzadas.

Jackman contribuye con todo lo que tiene a su alcance para interpretar a Logan como nunca lo había hecho hasta ahora y su esfuerzo es notable. Despide a este icónico personaje de una manera más que digna y que ha rebasado las expectativas de todos. Quizás incluso las de él mismo.