La ópera “La fanciulla del West”, de Giacomo Puccini, cuya partitura muestra influencia del art noveau, por la flexibilidad de las formas, pero también del fauvismo, con colores radicales y sin matices, regresa a México el próximo 17 de septiembre después de 97 años de su primera función aquí.
Así lo explicó en conferencia de prensa el director escénico Sergio Vela, quien recordó que hubo un plan para inaugurar con esta ópera el entonces Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes; finalmente ofreció una sóla función, el 24 de febrero de 1920, en el Teatro Arbeu. Será su primer montaje en el «Coloso de Mármol».
El montaje que cuenta con la escenografía del propio Vela y la dirección concertadora de Luiz Fernando Malheiro, cuenta la vida de un pueblo minero en las montañas de la Sierra Madre Occidental, en California, Estados Unidos.
En plena fiebre de oro y en un ambiente en su mayoría masculino, la joven «Minnie», propietaria del bar La Polka, representa la figura maternal y sensual anhelada por los hombres. Puccini situó ahí la añoranza abandonada por los emigrantes que llegaron a la región atraídos por un mejor futuro, refirió.
Vela expuso que desde 1920 dicha ópera no había sido escenificada en México y hubo un intento en 1976 de incorporarla al repertorio de Bellas Artes, pero por cuestiones de organización y de crítica del momento no se llevó a cabo, abundó.
Reveló que existe una documentación relevante sobre este tema, una carta de Justo Sierra, entonces ministro de Educación, a José Yves Limantour, ministro de Hacienda. “Sierra recibió a su vez una carta del compositor Gustavo Campa, quien había visitado a Puccini en Italia y quien estaba al tanto de los planes de inauguración del Teatro Nacional para las fiestas del Centenario de México en 1910, gracias a Adamo Boari, quien lo puso al tanto. “Boari soñaba con la posibilidad de que el teatro fuera inaugurado con la nueva ópera de Puccini.
Claro, se decía que la nueva ópera de Puccini sería estrenada en América, pero Puccini y los estadunidenses pensaron en América como Estados Unidos, pero Boari pensaba en el continente, pero al final no ocurrió, Puccini tuvo un compromiso contractual”, detalló.
De acuerdo con Vela, el Palacio de Bellas Artes no fue inaugurado entonces por los hundimientos diferenciales de la estructura, lo que llevó a postergar varios lustros su apertura. “Lo cierto es que ‘La fanciulla del West’, obra por encargo del Metropolitan Opera House de Nueva York, quedó en el imaginario como una ópera que tiene asuntos con México, pero también grandes frustraciones, porque no se había logrado la ópera para inaugurar el Palacio de Bellas Artes”, subrayó.
En este montaje, a decir del director escénico, «hay una pugna dramaturgia y referencias a la horda de bandoleros mexicanos, y esto para algunos fue decir: ‘La fanciulla del West no se ha presentado porque es una obra que insulta a México’, lo cual es falso», señaló. Comentó que además que existe una leyenda de que Victoriano Huerta y luego Venustiano Carranza le habían dicho a Puccini que la presentarían en México si le cambiaban el texto, lo cual también es falso.
Vela señaló que el montaje, que tendrá funciones los días 17, 19, 21 y 24 de septiembre, cuenta «una historia que va mucho más allá de lo pintoresco o anecdótico y que alude a la condición humana». Cabe mencionar que Puccini escribió la música de esta obra en tres actos entre 1098 y 1909. El libreto en italiano es de Guelfo Civinini y Carlo Zangarini, basado en la pieza «The Girl of the Golden West», de David Belasco.
Su estreno fue el 10 de diciembre de 1910 en el Metropolitan Opera House de Nueva York, bajo la dirección de Arturo Toscanini, montaje en el que participó el célebre tenor Enrico Caruso.
De acuerdo con los organizadores, el estreno en Bellas Artes representa un punto de vista iberoamericano de la obra de Puccini. Su elenco está encabezado por la soprano de raíces españolas Ángeles Blancas Gulín (Minnie); el barítono mexicano Jorge Lagunes (sheriff Jack Rance) y el tenor vasco Andeka Gorrotxategui (Dick Jonhson, alías Ramirez).
Sergio Vela refirió que hubiera sido importante que México insistiera en la idea de estrenar una ópera de Puccini, pero carecía de espacios.
“El Teatro Nacional había sido demolido para abrir la perspectiva de la calle de 5 de Mayo y que llegara a San Juan de Letrán, entonces no había un teatro nacional.
En 1910 el Teatro Nacional no estaba listo» y entonces «comenzó este largo proceso de la Revolución Mexicana, luego el golpe de Estado de 1913, había una convulsión y no existían condiciones para retomar la idea de traer a Puccini.
“En 1934, el Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes, quedó inaugurado, pero Puccini tenía casi 10 años de haber fallecido”, concluyó Vela, quien aclaró que esta información le fue otorgada gracias a la investigación hemerográfica a cargo de José Octavio Sosa, experto en temas operísticos.
https://youtu.be/tJSAB7nwQ7A