Inmerso en la Sierra Norte, a 101 km de Puebla, cerca del imponente cerro Acolhua, donde se esconde la cueva encantada y mismo cerro que fue ruta durante la conquista de Hernán Cortés, en este lugar se encuentran una gran cantidad de huellas prehispánicas, es un lugar que sin tener el nombre de Pueblo Mágico, tiene su propio misticismo.
San Francisco Ixtacamaxtitlán es un pueblo muy conocido por su iglesia de Texocuixpan, es el santuario donde se venera al Señor de la Buena Muerte que según la tradición se apareció en el siglo XVIII. Se encuentra en un nicho de cantera rosa, material típico de la región. Cuenta una leyenda que una pareja que no cumplió la promesa de llegar a caminando hasta los pies de este santo fue convertida en piedra, debido a que se dice que no se le puede mentir a este santo.
Este pueblo tiene una particularidad en sus construcciones religiosas, un ejemplo es el templo de San Francisquito que es localizado en lo alto de un risco de formación natural, frente al cerro del Acolhua y debido a eso puede verse a kilómetros de distancia. Se cree que en ese lugar se encontraba un adoratorio prehispánico o un minarete (punto de vigías de orden militar prehispánico), ya que desde este punto se tiene dominio visual de gran parte del valle, dando una vista impresionante.
Cuentan los lugareños del pueblo que el día 24 de Junio, en el que se festeja a San Juan Bautista, en la Peña del cerro de Acolhua existen dos cuevas, en una de ellas por la noche del día 24 se escucha el repique de unas campanas y se dice que si alguna persona entra a la cueva, esta desaparece y solo puede regresar hasta el siguiente año el mismo 24. Se dice que para la persona que entra al lugar es como si solo pasara un día. Se dice que allá dentro, existe un lugar extraordinario, que parece una gran ciudad. Algo como un paraíso terrenal. Así mismo, dicen escuchar el mismo repique de campanas cuando están adentro de la cueva, lo interesante es que al notar que alguien no aparece, sus familiares se dirigen a buscarlos a esa cueva y ahí los encuentran.
Por espacios naturales no hay pierde, se cuentan con cascadas y lagos, que son formados en esas caídas, de estas podemos mencionar a los Bañitos de Zotoltepec-Almonamique-La Vega; o las Caídas de Agua Ermita y si quieren escalar y practicar montañismo, están los cerros que conforman a Acolhua, donde se puede caminar, andar a caballo o bicicleta. Hay de todo un poco, menos prisas y estrés de la ciudad.