Visita Cuetzalan de Progreso, Pueblo Mágico

Cuetzalan ofrece una rica mezcla de atractivos prehispánicos y coloniales, acariciados por la neblina que recorre sus calles y montañas cubiertas de tupida vegetación.Se dice que el nombre original de Cuetzalan era Quetzalan, es decir, «lugar donde abundan los quetzales»; aunque la acepción para Cuetzalan es «manojo de plumas rojas con puntas azules preciosas sobre dos dientes», término asociado con el tributo que hacia el pueblo de Cuetzalan al imperio Tenochca.

Cuetzalan está asentado entre las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, a poco más de 1,000 metros de altitud, por lo que goza de un clima cálido húmedo. Son 174 los kilómetros que lo separan de la ciudad de Puebla en un recorrido pintoresco, abundante de hermosos panoramas. Uno de los principales atractivos es su posición geográfica entre grandes y profundas barrancas siempre muy verdes, por las que corren ríos como el Apulco, Cuichati y Zoquiate, afluentes del río veracruzano Tecolutla. Sus habitantes producen uno de los cafés más aromáticos y reconocidos del país. En cada rincón de sus calles se asoma un hermoso paisaje que invita a recorrerlas y a descubrir su entorno.

Cuetzalan se distingue por las prendas de algodón blanco, de hilo de artisela y de lana, también por las elaboradas en telar de cintura como sarapes, chales, jorongos, cambayas, cortinas y rebozos. Trabajan la madera para crear muebles, cruces de cedro, tambores, teponaxtles, sonajas, flautas, violines y máscaras. El domingo se exhiben en el tianguis diversidad de objetos, desde sombreros y cestos hasta piezas de cerámica y miniaturas de madera y trapo.

La zona de Cuetzalan estuvo en un pasado poblada por aves de maravillosos colores, llamadas «quetzales» y ese es precisamente uno de los orígenes del nombre de esta población: «lugar abundante de quetzales», cuyas plumas eran entregadas al pueblo azteca como tributo desde los tiempos del emperador Axayácatl, en 1475.