Data del año 1530, donde los popolocas fueron sometidos y esclavos, ex tributarios de los mexicas quienes rápidamente fueron cristianizados; hecho que obligó a los franciscanos a construir un gran edificio, el cual tendría como principal objetivo el desplazar a sus antiguas deidades.
Es considerado como uno de los principales monumentos históricos de mayor importancia, su magnífica estructura arquitectónica pre-colonial, riqueza histórica y la ruta que lo originó, lo convierte en uno de los conventos más importantes del Estado, por lo que el inmueble está a cargo del instituto nacional de antropología e historia (INAH), quien lleva a cabo actividades de restauración y conservación del sitio, este convento se localiza en una parte alta del municipio, lo que hace accesible su visibilidad desde cualquier punto.
Preciosa obra arquitectónica que posee además un gran atractivo, que son las 28 pinturas en forma de medallones que decoran la bóveda nervada del sotocoro haciendo gala del color.