Cuenta la leyenda que por ahí por los tiempos en que Felipe III, era el rey de España, en la nueva España, existió una Peña con una enorme Cruz la cual fue derribada por un rayo y Por ese motivo la gente colocó en aquel lugar la imagen de Santa Bárbara Y a ella se le consagró la iglesia construida, sobre la peña,
Aunque a ese lugar llegó posteriormente la imagen se San Antonio de Padua, y ahi empezo a venerarse con tal fervor que incluso la iglesia cambio de nombre.
tiempo después en ese lugar el padre Miguel Gerónimo de Santander fundó el convento de San Antonio, con un fondo que le entregó el regidor don Alfonso Gómez en tiempos en que Felipe III como ya lo comentamos fuera rey de España y fue en este convento en dónde se originó la leyenda de Fray Marcos, el encargado de cuidar el refectorio y además desempeñaba el puesto de portero , destacaba por su buena voluntad, por sus virtudes, pero en especial por la caridad, en más de una ocasión Fray Marcos había recibido reprimendas por parte del padre superior del convento porque daba todo lo que sobraba de la humilde comida diaria de los frailes, a los pobres de la ciudad, llegaban hasta la portería del convento todos los días a pedir alimento, el que Fray Marcos, no les negaba y los regalaba junto con una sonrisa, en una ocasión sobraron algunos dulces, panecillos y otras golosinas, que Fray Marcos con una alegría inmensa, que reflejaba en la sonrisa de su cara repartió entre los pobres , fue tanto el alboroto de la gente, que se arremolinaba en la puerta del convento, que acudió el padre superior a ver qué sucedía, tuvo que intervenir para corregir el desorden y para evitar otros alborotos en el futuro, cerró la puerta del convento, llamó a Fray Marcos lo reprendió severamente y le impuso una penitencia, tal que los otros frailes se condolieron, con Fray Marcos, porque consideraban injusta la penitencia y mas por actos de Caridad, pero todo este era con el objeto de que Fray Marcos no volviera hacer ese tipo de actos, inclusive le quitaron el cargo de la portería el Frayle obediente, humilde sencillo cómo era, cómo fue, toda su vida acató las órdenes replicar y se retiró de la portería.
Los pobres llegaban todos los dias, tocaban la puerta y no volvieron a ver la mano generosa de Fray Marcos, sus solicitudes de alimento no eran escuchadas y se retiraban cabizbajos, sin saber de su amigo, el protector de los pobres. Fray Marcos deambulaba por los jardines escuchando El clamor de la gente pobre sin poder hacer nada, por aquellos menesterosos que diariamente acudían por la mano caritativa que en el pasado les dio de comer, el padre superior aumento la penitencia a tal punto que Fray Marcos quebranto su salud y cada día se veía en muy malas condiciones, era un hombre adulto cansado quien con humildad y estoicidad aceptaba las penitencias sin replicar.
Cómo era de esperarse una mañana el padre murió y a partir de ese día a la hora en que se presentaban los alborotos cuando en vida Fray Marcos, regalaba los víveres a los menesterosos se empezaron a escuchar en las puertas del convento una algarabía como si los pobres del barrio recibierán las golosinas y los alimentos que les daba en vida el fraile caritativo ante tal alboroto el padre superior acompañado de los demás frailes llegaron a la puerta abrieron y con sorpresa vieron que todos los pobres del barrio de San Antonio levantaban las manos con algarabía solicitando una porción de alimento y golosinas y fue el mismo fraile Marcos quién en las manos entregaba a la gente pobre despensas con comida y golisinas,el padre superior y los demás sacerdotes se incaron de inmediato, ante la escena que presenciaban y cuenta la leyenda que desde ese día cuántas personas acudían a la portería del convento a solicitar alguna caridad, eran socorridos, en estas acciones participaban todos los frayles del convento sin escepcion alguna , acciones que duraron muchos años.
Dicen es leyenda.
Información obtenida del libro.
Mitos Leyendas y Tradicion de Puebla.
Asociación de Mujeres
Periodistas y Escritoras
Universidad Madero.
Aportación
Alicia María Uzcanga Lavalle.
Fotografía
De una página de internet
Boletín Salesiano.
Maquillada para efectos de la leyenda sin afan de lucro.