LEYENDA: EL MESÓN DEL CARMEN

Una leyenda más de la zona del Carmen!
Por los años de 1863 en la Ciudad de Puebla lo único que abundaba era el hambre por un lado el ejército francés y por el otro lado una ciudad sitiada con carencias hasta de lo más indispensable, la población se alimentaba con lo poco que podía conseguir porque además de escasear, los alimentos, los ciudadanos, se enfrentaban a la carestía de los mismos que alcanzaban precios exorbitantes.
Los huertos las granjas y las casas así como las pocos comercios que estaban activos eran saqueados por los soldados franceses.( epoca del Sitio).
Curiosamente en la Plaza de Las Capuchinas había una fonda o Mesón, atendida por dos hermanas muy guapas , cuyos nombres se guardaron para cubrir su identidad y posteriormente el tiempo hizo lo suyo, que ofrecían deliciosos platillos elaborados con los mejores ingredientes y cocinados con un exquisito gusto y sazón , lugar qué diariamente era visitado por oficiales y uno que otro soldado que pagaban con monedas de oro o Plata (producto de sus latrocinios y saqueos), a las casas y comercios poblanos.
Nunca hubo un comensal que además de comer las ricas viandas no expresara su enorme satisfacción por haber degustado un platillo digno de reyes en plena guerra!,
Las“hermanas”rápidamente ocuparon un lugar muy importante “ en las bocas de los poblanos “, que en sus expresiones dejaban ver la envidia que les producía el éxito tan Grande de la fonda de las capuchinas, época de una súper crisis y empezaron las habladurías los chismes los comentarios de mal gusto, hasta despertar la curiosidad de las autoridades, mismas que iniciaron una investigación .
Un dia por la mañana , el alguacil llegó y se identificó ante las dueñas
Y les dijo ; que secretos escondéis aquí , que “ambas” refiriéndose a las damas ,son el blanco de los comentarios diarios de los poblanos, ellas sin perder la compostura ni la tranquilidad le contestaron al unísono ninguno mi señor ninguno, pero mejor siéntese para platicar a gusto, mientras le servían uno de los deliciosos platillos que se servirían ese día en la fonda, al poner el plato sobre la mesa el olor del guiso cautivo al alguacil , quien ni tardo ni perezoso se apresuró a degustar el platillo, y justo al terminar le servían el segundo ya completamente cautivado y sin mediar palabra siguió comiendo hasta darse por satisfecho, ya veo el porqué de las habladurías los guisos tan exquisitos y la Plata tan escasa se vuelve veneno en boca de quien no puede solventarlos, pero díganme para estar tranquilo como le hacen para adquirir los insumos tan escasos y a precios prohibitivos y además vender a precios razonables, digamos más que aceptables, ellas soltaron estruendosa carcajada y le dijeron al alguacil, tenemos “un correo”que se encarga de todo pero no podemos dar su nombre por razones obvias, pero soy la autoridad y necesito saberlo, contestaron las hermanas, en el momento que revelemos el nombre y apellido del correo, y detalles de nuestros secretos se acabará el negocio y no podremos servir comida, señor alguacil es claro que la mayoría de los clientes son oficiales franceses pero al caer la tarde cobijados por la oscuridad cuando las puertas se cierran al público, oficiales militares mexicanos políticos y uno que otro Poblano pudiente se sirven de estas viandas, con su venia , con su comprensión seguiremos trabajando, es una época difícil para todos los poblanos y debe usted de saber que con el producto de las ganancias hacemos caridad entre los pobres, no de muy buena manera el alguacil se levantó y se fue mascullando algunas palabras.
Al llegar a su casa les platicoba a su mujer y a su hijo Carlos lo acontecido , no sin antes expresar su beneplácito por los ricos platillos elaborados en la fonda.
El hijo Carlos Espinal , así se llamaba el no le creyó nada de lo que le habían dicho las guapas propietarias del mesón y decidió realizar una investigación por cuenta propia.
Cabe aclarar que en multicitadas ocasiones habían enviado a espiarla y los encargados de la investigación seguían a las hermosas damas cuando cerraban el negocio por la noche y al llegar al panteón del Carmen como por arte de magia desaparecían, perdían el rastro los reportes de todas las personas a las que se les encargó vigilar y espiar a las damas concluían en lo mismo “rastro perdido”.
Dos noches después cuando él hambre hacía estragos en el estómago de Carlos , decidió ir al mesón acompañado de su fiel amigo un perro llamado Tesupo , y de suerte hasta algo comería , algo , de los famosos guisados que ahí se servían, llegó a la esquina de la fonda y se escondió en él quicio de una casa, espero que cerraran y las damas como era costumbre se encaminaron rumbo al cementerio del Carmen, él sabía que quienes habían sido encomendados a realizar pesquisas alrededor del asunto del mesón de las capuchinas perdían el rastro en la oscuridad, al llegar al cementerio,por lo que decidió seguiralas muy de cerca sin ser sorprendido, justo al entrar al panteón perdió de vista a las damas del mesón, pero no Tesupo , quien con su olfato lo condujo a una entrada secreta de un túnel subterráneo, bien camuflajeada , abrió la puerta y caminó por el túnel iluminado pobremente por alguna s bujías distantes, al final del túnel a escasos metros de la puerta de salida , logró ver a un fulano, a quien no podía distinguir por la oscuridad , y lo vio entregándoles a las hermanas dos bultos muy grandes y pesados que recibieron entre risas cuchicheos y palabras inaudibles el fulano se regreso a una choza muy cercana a la entrada del túnel y las hermanas regresaron al mesón.
Carlos pensó que al otro día cambiaría su estrategia de vigilancia y calculando la hora en que cerrarían la fonda o mesón , se introdujo al túnel acompañado de su perro y una vela , atravesó todo el túnel bastante largo a su decir, y al salir lo único que vio fue la choza , chica humilde alumbrada por unas velas, sigiloso se acercó y espió por la ventana al ver lo que acontecía en el interior de la choza lo que vio le produjo náuseas y se arqueó en un incontrolable vomito.
Se regreso corriendo aterrado y sin más guia que el deseo de llegar a su casa y contarle a su padre el alguacil lo que había visto, empezó a narrarle a su padre el alguacil todo y el alguacil incrédulo al otro día preparó a un grupo de policías a su servicio, primeramente para detener a las hermanas dueñas del mesón y después para esperar la noche y detener “Al Correo”, con sus entregas.
Llego la noche y esperaron agazapados detras de algunos árboles a la salida del túnel,
De pronto se escuchó el crujir de las maderas viejas que tapaban la entrada del túnel, salió el individuo, con dos enormes bultos y se le fueron encima después de un forcejeo, fue detenido.
Empezó el juicio y empezaron la relatos todas las noches “el correo”, auxiliado por una hermosa india mexicana de finas curvas y escepcional belleza seducía a los soldados franceses y los invitaba a gozar de sus favores, haciendo que la siguieran hasta la choza multimencionada , en donde escondido y armado eran casados literalmente por el amigo llamado ”el correo”, quien de inmediato procedía a destazarlos y descuartizarlos como si fueran reses, realizaba los cortes como le solicitaban las damas del mesón , y al terminar los bultos eran entregados a las hermanas dueñas del mesón.
Muchas anécdotas se contaron y muchos los “Güeritos”, que contaron, como número de victimas.
Las noticias corrieron rápidamente entre los poblanos la alarma y el desquicio se notaba en la población muchos los poblanos que sufrieron de vomitos incontrolables el escándalo llegó a niveles insospechados quien se escapaba a decir que no había comido carne humana .
Las hermanas y el “correo”, fueron defendidas por un abogado que argumentó que esa también había sido una forma de luchar contra el enemigo, Ganó el juicio y las hermanas salieron libres, dicen que ante la imposibilidad de vivir en Puebla se fueron a vivir a Mexico y pusieron un restaurante cerca del Panteón de Dolores y que se empezaron a vender ricas viandas en la ciudad de Mexico , muy cotizadas por los chilangos, tales como:
Carnitas fritas,
pozoles y Moles Poblanos con trocitos de carne.
Tacos de moronga
Y quesadillas de sesos!.
Exitosas y millonarias!
Eso si se llevaron su secreto a la tumba!.
Dicen es leyenda!
Información obtenida
Del libro:
Leyendas de Horror
Escrito por Guillermo Murray Prisant.
La fotografía del libro:
Historia Compendiada del Estado de Puebla