El origen del Día de la Candelaria se encuentra en dos acontecimientos bíblicos: la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen después del parto. El día 2 de febrero se cumple el 40º día desde el nacimiento de Jesús, y de acuerdo con la ley del Antiguo Testamento terminaba el ritual que acompañaba al nacimiento de un niño.
Si nos adentramos en la historia, de acuerdo con algunos investigadores la fiesta de la Candelaria tiene su origen en Oriente con el nombre de «Encuentro». Su celebración se extendió a Occidente en el siglo VI, donde se celebraba con carácter penitencial. Otros historiadores consideran que se originó en la antigua Roma con las fiestas paganas lupercarles, que fueron prohibidas a finales del siglo V por el Papa Gelasio I.
En la tradición católica, este día es importante porque se trata de la presentación de Cristo ante los fieles, la luz que llega para iluminar el mundo, lo que se representa con la luz de las candelas, de donde la festividad toma su nombre.
En el siglo XV tuvo lugar en Tenerife (Islas Canarias, España) la aparición de la Virgen de la Candelaria, motivo por el que a partir del año 1497 la fiesta comenzó a celebrarse con carácter mariano. Más tarde, la fiesta de la Virgen María de la Candelaria se extendió a varios países de latinoamérica llevada por los emigrantes canarios.
El Día de la Candelaria en México
En México, el Día de la Candelaria es la tercera festividad religiosa más importante del país, después de la Navidad y la Pascua. Los tamales son los grandes protagonistas en su celebración, algo que tiene raíces prehispánicas. El 2 de febrero coincide en el calendario azteca con la bendición del maíz en el inicio de la cosecha, y los habitantes de muchos pueblos llevaban las mazorcas a la iglesia para bendecir los granos para su siembra en el nuevo ciclo. De ahí viene que la fiesta se celebre con tamales y atole, que se elaboran con maíz.
Los tamales se consumen en México desde hace cientos de años. Antes de la llegada de los españoles, los tamales eran más parecidos a una tortilla, una masa martajada envuelta en una hoja de maíz cuya función era la de servir de acompañamiento a los platos. Después, con la llegada de los españoles se modificaron añadiendo manteca de cerdo, relleno de carne y diversas especias. La chef mexicana Ana María Arroyo afirma que existen unos 500 tipos de tamales distintos, con variaciones en todos sus elementos: el tipo de hoja, de masa, de relleno y de salsa.
Tal como marca la tradición, la tamaliza la debe pagar la persona que sacó el niño de la rosca de Reyes el 6 de enero.