A lo largo y ancho del país, pequeñas y grandes comunidades, crean con sus manos, auténticas obras de arte con técnicas milenarias que han pasado de generación en generación. Pero, solo hay 7 artesanías mexicanas que necesitas en tu vida para ser realmente feliz.
Así que toma nota para que en tu próximo viaje a Oaxaca, Puebla, Estado de México, Michoacán y Guerrero, te escapes a conocer los secretos de sus emblemáticas artesanías y, obvio, te lleves un cachito del corazón de sus artesanos.
Los alebrijes de Oaxaca
A 10 kilómetros de la capital oaxaqueña se encuentra, San Antonio Arrazola, un poblado dedicado a la creación de animales fantásticos y alebrijes, tallados en madera.
Aquí, prácticamente, todos los talleres invitan a los visitantes a descubrir su delicado proceso de elaboración. Desde que elijen el trozo de árbol de copal hasta como van eligiendo los colores y trazos. Sin duda, tras admirar el trabajo de estos artesanos, seguro te sorprenderás aún más al ver como la madera se transforma en mágicos seres.
Imperdible
Uno de los talleres que no te puedes perder es el de don Manuel Jiménez, creador de la talla de madera de animales fantásticos, hoy también conocidos como alebrijes. En ese histórico taller, además de ver como los hijos de Don Manuel continúan con la tradición, es posible visitar un pequeño museo sobre la historia de este oficio.
El Árbol de la Vida del Estado de México
Cuenta la leyenda que, durante la época colonial, los evangelizadores de la región centro del país, unieron diversas figuras sacras para enseñar a los nativos la historia de la creación, según la Biblia. En ese entonces, nadie imaginó que aquel conjunto de piezas de santos, conocido como Árbol de la Vida, sería años más tarde, el símbolo del pueblo mágico de Metepec.
En los barrios de Santiaguito, la Santa Cruz, San Mateo y Espíritu Santo, hay más de 300 familias de artesanos y muchos de ellos invitan a los viajeros a conocer sus hornos, sus casas y sus costumbres, mientras que van formando el barro en verdaderas obras de arte con sus delicadas manos.
Imperdible
A los pies del Cerro del Calvario, se encuentra una inmensa muralla de 200 metros de largo con un colorido e imponente Árbol de la Vida, elaborado en barro vidriado.
La talavera de Puebla
La talavera poblana es un tipo de cerámica mayólica que surge en el siglo XVI. Las piezas están pintadas con esmalte de plomo opacificado con estaño y decoradas con diversos motivos.
Cuentan que, por ahí de 1550, un pequeño grupo de artesanos provenientes de los talleres de Sevilla y Génova, se establecieron en Puebla y comenzaron a producirla aprovechando el conocimiento prehispánico de los pueblos indígenas. Si caminas por el centro histórico de la capital poblana te asombrarás con las fachadas de sus casas con talaveras, así como fuentes, patios, iglesias y otros edificios que juntos constituyen parte importante de la arquitectura barroca poblana.
Imperdible
Toma un tour y pinta tu propia pieza en Uriarte Talavera, una fábrica con casi 100 años de tradición. Aquí podrás ver, paso por paso, el delicado proceso de su elaboración.
La plata de Guerrero
Dicen que, desde antes de la llegada de los españoles, en estas tierras la gente ya trabajaba en las minas, pero ya en la época colonial, al fundarse Taxco, en 1529, la maestría de los orfebres indígenas se fusionó con la de los españoles, logrando piezas de plata de uso religioso.
Durante el siglo XIX los plateros de Taxco se distinguían ya como grandes artistas. Sin embargo, fue el norteamericano William Spratling quien impulsó la producción de plata cuando, en 1931, fundó el primer taller llamado Las Delicias.
Imperdible
Cualquier local que rodea la Plaza Borda, justo en el centro de Taxco, podrás encontrar desde pequeños talleres hasta de lujo.
Arte huichol nayarita
Dicen que cualquier pieza de arte huichol es una narración pictórica creada con hilo incrustado en una superficie de cera o resina, son una representación del conocimiento, las visiones y las experiencias espirituales que los huicholes adquieren con el uso ceremonial del peyote sagrado.
En Sayulita, un pueblo mágico en las costas nayaritas, hay un sinfín de tiendas con collares, aretes, pulseras, cinturones y figuras de todo tipo, donde brilla la diminuta chaquira de colores.
Aquí, los artesanos aseguran que en cada pieza está plasmada la ideología del artista y hasta un cachito de su alma.
Imperdible
Galería Tanana, este espacio llamado así en honor de la Madre Diosa de la vida, a través de la venta de arte huichol busca preservar las tradiciones, cultura, arte, sabiduría y conocimiento de esta comunidad indígena ancestral.