Reflejan el tiempo a través de museo en zacatlán

En 1919, en Zacatlán inició operaciones la fábrica de relojes Centenario, fundada por Alberto Olvera Hernández. Dicha factoría en un principio estaba destinada a la producción de piezas monumentales.

Actualmente, dicho inmueble, localizado a dos cuadras de la plaza cívica, está convertido en un museo donde se muestran los diversos relojes y obras.

Además, se ofrece un show diario de piezas autómatas, que operan por el mecanismo de un reloj. Se trata de siete maniquíes ataviados con trajes regionales que adecuan su movimiento a música tradicional, saliendo uno a uno para luego unirse todos en una canción final.

De acuerdo con el museo, en 1909, Alberto Olvera, de entonces 17 años de edad, se percató de que el reloj de chimenea de su hogar se había descompuesto, por lo que decidió repararlo. Esto le dio las bases para construir después su primer reloj monumental, el cual marcaría las actividades laborales y sociales de los trabajadores de la finca paterna, ubicada en el barrio de Eloxochitlán. En 1918 construyó otro reloj.

Esta vez solo tardó un año en terminarlo e instalarlo en Chignahuapan. Este fue el parteaguas para el nacimiento de su empresa. En el museo se exhiben réplicas de relojes que se utilizaron hace 2 mil años, su historia y evolución, así como réplicas de los obeliscos clásicos de Italia y otros objetos de diversas formas, pesos y tamaños que sirvieron para medir el tiempo de civilizaciones antiguas.