Para conmemorar los 300 años de la fundación de Zacatlán -de acuerdo con un documento que data del 7 de diciembre de 1714- y mostrar sus atractivos turísticos y naturales, como las cascadas, los ríos, el valle de las piedras encimadas y la neblina que cubre a diario el ir y venir de los pobladores, en 2014 se inició la construcción de su Vitro Mural.
Dicha obra engalana el Panteón Municipal y el Paseo de la Barranca de Los Jilgueros, donde se localiza El Mirador, uno de los emblemas del municipio, junto con la manzana, la dehesa de la región. Fabricado con pedazos de mosaicos de diversos colores, azulejos, talavera, vidrios y espejos reciclados, el mural se llevó a cabo en diversas etapas hasta concluirlo el 8 de octubre de 2016.
Sobre tres muros del cementerio “cerca de 400 metros de longitud”, se plasmó el trabajo voluntario de mil 500 lugareños. La idea fue de la presidenta del Colectivo Yolpaquilis Murales Zacatlán, Mary Carmen Olvera Trejo.
Al frente del panteón se colocaron imágenes religiosas y pasajes bíblicos que muestran La Creación, El Paraíso de Adán y Eva, La Anunciación del Ángel, El Nacimiento de Jesús y unas alas de ángel. A un costado se diseñaron manzanas y diversas efigies que aluden a la historia del municipio, como un reloj que hace referencia a la tradición relojera de la familia Olvera y las cascadas de Tulimán. En el muro frente al Paseo de la Barranca, se observa El Templo Conventual Franciscano, el Reloj Floral, La cascada de Tulimán, el Valle de Piedras Encimadas, La Manzana de Bienvenida a Zacatlán, Los Paredones, el Xiuhtec, el códice Mendocino, la Cascada de San Pedro, el Altepetl, el glifo que representa al señorío de Zacatlán; y una mujer campesina. Mientras, otra parte está dedicada a dioses prehispánicos, que hablan de su relación con la vida y la muerte.