Gracias a las cinco etapas que hoy forman parte de esta magnífica obra hoy se considera la expresión artística pública más grande del país.
Con más de 2 mil metros cuadrados, sin contar el área en la que actualmente se está trabajando y que podría llevarle a alcanzar los 3 mil, los VitroMurales que retratan paisajes del México prehispánico, lugares, personajes y momentos históricos tradicionales de este Pueblo Mágico, han ganado tal fama nacional e internacional que, si bien no se gana aún el mote de «Zacatlán de los murales», bien podrían ser muestra de que las manos de un pueblo hacen magia.
Según contó para esta casa editorial María del Carmen Olvera Trejo, principal impulsora de esta iniciativa artística que no sólo ha alcanzado el récord de la ciudad con la extensión lineal y en metros cuadrados de esta expresión artística – al menos en el continente – que se ha ido perfeccionando con el paso de los años.
Para la entrevistada, actual regidora del ayuntamiento y varias veces directora de turismo en varios municipios, todo comenzó con el Primer Festival internacional del elote y del maíz, en el que el norteamericano Dick Davis, impulsor del arte urbano a través de Wilmette Art Guild Chicago , promovió el primer mosaico en homenaje al maíz, obra del artista Isaiah Zaggar de Filadelfia. En ese momento solo se contempló un espacio de 70 centímetros de ancho por 4 metros de largo, los 280 m² se completaron el 12 de septiembre de 2014.
Poco después, luego de que Olvera Trejo encontrara una referencia bibliográfica que databa la primera referencia escrita del mote «Zacatlán de las manzanas», del 7 de diciembre de 1714, en una fecha que no podía dejarse escapar y así surgió el vitromural conmemorativo por los 300 años de esa fecha. Sus 98 metros de longitud por 3.5 de altura sumaron 343 m² de extensión a esta obra, que finalizó su primera etapa el 10 de enero de 2015 y la segunda el 9 de mayo de ese año.
No fue fácil la construcción de esta obra, que incluye diminutas piezas de loza cortadas a mano, que hoy en día es imposible de contar pero que fácilmente podrían rebasar los 6 millones de piezas… Y contando, considerando que actualmente se está trabajando en la parte final de «Zacatlán de mis recuerdos», más la nueva etapa que se está por iniciar llamada «México de mis recuerdos», en el que se plasmarán los principales trajes típicos del país, empezando por los de Zacatlán: «incluirán todo desde la A hasta la Z «, recalcó la artista.
Estas y las cinco etapas que han tenido cifras: Homenaje al maíz, Conmemorativo de los recientes años, El universo náhuatl, La vida eterna y Zacatlán de mis recuerdos, convertirían esta obra en la expresión artística, pública, más grande del país y, probablemente , en todo el Continente Americano, que sigue cobrando extensión con la quinta etapa a la que se sumarán otros proyectos como la casa del vitromuralista.
La entrevista de poco más de una hora incluso pasó un breve recuento de los retos legales que ha superado, la falta de apoyo que ha tenido por parte de los tres niveles de gobierno, el trabajo voluntario y hasta el fallecimiento de artistas (como Francisco Posada ), fuentes de información y fotografía (como Delfina Ortega, el niño que llevó la carroza en la que se trasladó la primera reina de la manzana en 1941), desacuerdos con los artistas por su visión en algunas obras, sobre todo en el segmento religioso de esta maravilla que atrajo a – aproximadamente – 10 mil turistas mensualmente, antes de la pandemia.
Tan solo ver el Vitromural «Vivir en el universo náhuatl» es recorrer pasajes del México prehispánico, su teología y hasta el conocimiento ancestral, bellamente distribuido a lo largo de sus 150.75 m² en los que se hace homenaje a la vida y la muerte de la cultura prehispánica de la zona México-teotihuacana. Uno de los mayores atractivos es la llamada «Cabeza de Quetzalcoatl», por su parte, la parte de «La vida eterna», suma más de 85.63 metros lineales y 359 m²; más de 18 artistas se han sumado de manera continua en estos trabajos, sin contar los voluntarios temporales.
«Zacatlán de mis recuerdos» es un conjunto de reproducción de retratos de momentos históricos de Zacatlán, sus tradiciones, que también ha cautivado a los turistas, incluyendo extraños fenómenos como la referencia de una aurora boreal, un fantasma y los tres quioscos que hannado el zócalo de esta ciudad, famosa por sus manzanas.