Análisis del discurso político en el cartel de la película La ley de Herodes

Cartel del filme La ley de Herodes, México, 1999.

Al analizar una imagen se pueden dar respuestas sobre los discursos, composición, cromatismo, simbolismo, semántica, semiótica o contexto social de manera aislada, pero también se puede mostrar de qué manera están actuando los elementos en conjunto. Lo mismo sucede con el cartel de una película de cine porque no se trata solamente de bloques de significación relevantes, sino de un corpus en el cual todos los elementos interactúan.

Cuando se estudia una imagen se debe entender desde qué temporalidad se está analizando por qué influye en la lectura. Tal es el caso de este análisis del afiche de La ley de Herodes porque no se analiza desde el contexto del 2020, sino desde el contexto en que surgió la película, es decir, las campañas presidenciales de 1999 en México.

En este artículo se realiza un acercamiento sociocrítico retomando la teoría impulsada por Edmond Cros, situada en una perspectiva semiótica y estructural que busca responder a la pregunta: ¿cómo se transcribe en términos estéticos y discursivos en la creación cultural, ya sea literatura, películas o carteles, la historia de los acontecimientos, social o de las ideas? (Carcaud y Clerc, 1995: 18). Por lo tanto, se va a mostrar cómo los acontecimientos sociopolíticos se transforman en elementos estéticos dentro del afiche de La ley de Herodes. Esta teoría ya ha sido aplicada en carteles como puede verse en el trabajo de Monique Carcaud, el cual trata las prácticas sociales y estructuraciones discursivas. Además, Cecilia Eudave realizó un acercamiento sociocrítico sobre el afiche de la película The Silence of the Lambs (Carcaud, 1998, 38-107).

Para comenzar, un análisis del título muestra que en este cartel se está realizando un tránsito del registro oral al visual, porque surge de una reinterpretación del refrán popular “La ley de Herodes o te chingas o te jodes”. Asimismo, presenta una relación intertextual (Carcaud y Clerc, 1995: 267-268) con el cuento La ley de Herodes del escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia (1992). De esta forma, tanto el afiche como el cuento de Ibargüengoitia surgen a partir de una reinterpretación del refrán.

Análisis de un cartel de cine

Como puede observarse en el inicio del cartel y su historia, se trata de una representación de la sociedad que, para ser comprendida por ella misma, debe utilizar elementos reconocibles y populares (Barnicoat, 2000). Estos elementos culturales, se observan en el afiche a través de lo mexicano, lo político, lo religioso, y el discurso popular que representa el refrán: “La ley de Herodes o te chingas o te jodes”.

Los carteles de cine no solamente funcionan como una introducción a la película, sino que también presentan características particulares, por lo que Monique Carcaud señala que se debe mostrar la complejidad de los fenómenos de comunicación vectorizados y de constitución de sentido (Carcaud, 1998: 40).

Por consiguiente, el afiche de La ley de Herodes ha sido analizado como una entidad autónoma porque genera por sí mismo una lectura sobresaliente. Los elementos que se presentan en este cartel deconstruyen o recrean, algunos aspectos de la sociedad en la que se desenvuelven. Deconstrucción en la medida que actúan sobre una materia preconstruida, cualquiera que sea su naturaleza: de lenguaje, icónica o musical para recomponerlas creando algo nuevo (Carcaud y Clerc, 1995: 265-266).

Discurso político en el cartel de la película La ley de Herodes

En el afiche de la película de La ley de Herodes existen diferentes discursos: lo político, lo religioso, lo mexicano, lo extranjero, lo comercial, lo rural y lo popular, entre otros, por lo que analizarlos todos resulta extenso. Para efectos de este artículo se mostrará un análisis del discurso político que surge a partir del personaje central del cartel, la figura de la fotografía y el contexto visual que presenta el afiche.

Luego de analizar la imagen se observa que el personaje central se identifica con lo mexicano ya que la bandera de México se encuentra detrás de él y sobre su pecho a la altura del corazón, tiene un alfiler (“pin”) con el logotipo del PRI (Partido Revolucionario Institucional) que utiliza los colores de la bandera mexicana, lo que indica una fuerte carga semántico-semiótica entre los tres elementos. No existe ningún elemento que defina la identidad personal de este personaje, pero por portar el logotipo del PRI adquiere la identidad de ese colectivo político.

El personaje de la fotografía tiene la banda presidencial con el escudo de México en el pecho y es un doble distorsionado porque tiene el rostro cubierto con una fotografía del personaje del cartel. Se observan dos dedos de su mano derecha y sobresale el dedo índice, que se utiliza para señalar. La fotografía está colgada en la pared lo que la pone en un plano superior en comparación con la figura central. Gracias a la silla presidencial (véase anexo), se puede deducir que se trata de la fotografía de un presidente mexicano al que suplanta simbólicamente por medio de la sustitución del rostro.

Debido a que se muestran elementos que se relacionan con la personalidad política del personaje central, el cartel se convierte en un retrato de tipo político. Asimismo, es un retrato de tipo institucional, pues es usado por las instancias gubernamentales en las fotografías oficiales de las presidencias municipales, estatales o federales. La bandera es uno de los símbolos patrios y aparece en los actos de la política mexicana. El libro, por el escenario en que se encuentra, puede relacionarse con un libro de actas o la constitución. Las dos personas del cartel están relacionadas con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), uno es un usurpador del presidente de la república y el otro podría ser un presidente municipal sin identidad individual. Ambos representan la clase política mexicana priista en diferentes niveles.

Este registro visual también presenta elementos que remiten a lo mexicano, con lo cual se está definiendo y presentando una identidad nacional. La bandera, el PRI, y la silla presidencial son elementos del contexto político mexicano. Además, el escenario se trata del estereotipo de una presidencia municipal gobernada por el PRI. Estos elementos se encuentran trasgredidos por la animalización del espacio y la represión que representa el tener un par de revólveres en la mesa de una presidencia.

La fotografía presidencial le otorga un carácter oficial a la presidencia municipal que se está representando en el afiche, mientras que el doble distorsionado que se establece entre la figura central y la figura presidencial, refuerzan la idea de un personaje que gobierna representando al PRI. La falta de identidad en el personaje central lo ubica como representante del Revolucionario Institucional con lo que se indica que podría ser cualquier militante de este partido.

Debido a la animalización del lugar, se denigra un espacio oficial donde gobierna el PRI. Por la forma en que se muestran los elementos en el cartel se deduce que La ley de Herodes (“o te chingas o te jodes”) es la que aplica este partido, Además, la transgresión y violencia que aparecen por la presencia de los revólveres sobre la mesa se relaciona también con la aplicación de esta ley. De esta manera, la crítica que establece el afiche se relaciona con la aplicación de la ley por parte del PRI en general.

Suplantación de la figura presidencial

El personaje de identidad desconocida, por tener su rostro encima del de un presidente de México, indica una usurpación de funciones. Es así que el cartel presenta un escenario político mexicano encabezado por una figura usurpadora, que podría ser cualquier militante del PRI. En las fotografías políticas, la aparición de un presidente de México (véase anexo) como fondo en el escenario, indica su relación con la política de quien la utiliza. En este caso la aparición de un rostro sobrepuesto, indica que todos los militantes priistas aunque tengan una jerarquía distinta son iguales.

La tríada que se presenta entre el cerdo, la figura central y la figura presidencial, indica una evolución y ascensión del cerdo en la escala jerárquica (véase anexo). De manera que, así como el personaje central puede suplantar a la figura presidencial, también podría hacerlo el cerdo. Esta situación se puede vincular con Rebelión en la granja, de George Orwell, después de luchar los animales contra los humanos, los cerdos imponen el orden en la granja y escriben nuevas leyes, es decir, que ellos ascienden en la escala jerárquica y suceden a la figura humana. Al final de la novela los marranos fueron tan opresores como los humanos, por lo que para el resto de los animales dominados no hubo un cambio.

El refrán “La ley de Herodes” aparece incompleto dentro del registro escrito porque no dice “o te chingas o te jodes”. Por otra parte, aparece un texto que sobresale en tamaño e indica “¿Por qué no quieren que la veas?”, lo que son indicadores de censura a la libertad de expresión. Esta censura también puede observarse en el contexto social del afiche debido a que el PRI intentó impedir la exhibición de la película La ley de Herodes:

A principios de noviembre de 1999 cuando la película iba a ser exhibida, Imcine insinúa que puede demandar a Luis Estrada por incumplimiento de contrato, por haber “alterado” el final del filme. El director de Imcine Eduardo Amerena dice por primera vez que la película se ha convertido en un problema por las campañas presidenciales para el 2000, por lo que trata de apelar a Estrada para que se exhiba después del 2 de julio del 2000 (día de las elecciones presidenciales). El 12 de noviembre aparece una nota en un diario capitalino bajo el titular: “Censura gobierno película antipriista”. El 7 de diciembre en conferencia de prensa se anuncia la cancelación de las exhibiciones y Estrada firma un contrato donde queda como único responsable de la película, por lo que tendrá que pagar en un año 800 mil dólares, con lo cual Imcine se deslinda del contenido y distribución del filme. El 10 de diciembre es sustituido Eduardo Amerena al frente del Imcine por Alejandro Pelayo (El nuevo cine mexicano. 2001: 30-31).

El “dedo” como parte de la sucesión presidencial

En el cartel se “ocultan” las manos, pero se “revela” el dedo índice que sirve para señalar. Este señalamiento y la suplantación de la figura presidencial se pueden vincular con el “dedazo”, que dentro del contexto político mexicano es la acción de designar a alguien para que ocupe un puesto político. Las caricaturas políticas (véase anexo) y lo escrito por Jorge Castañeda comprueban la importancia del dedazo en la política mexicana, ya que en su libro La Herencia (traducido al francés y al inglés), muestra que la sucesión presidencial desde la llegada del PRI (en ese entonces PNR) en 1929 a la presidencia nacional, ha sido a través del “dedazo”. Castañeda asevera que en las últimas seis elecciones presidenciales se podían establecer dos categorías de dedazo: por eliminación de contendientes y los destapes por elección (Castañeda, 1999).

José Antonio Crespo en Los riesgos de la sucesión presidencial explica las diferentes luchas dentro de las corrientes partidistas del PRI por la candidatura oficial, sobre todo entre Francisco Labastida y Roberto Madrazo, lo que llevó al propio presidente Ernesto Zedillo a reconocer la gran probabilidad de una nueva crisis de fin de sexenio (Crespo, 1999). Esta “preocupación” por mostrar la importancia del dedazo en México, también puede observarse en el libro Las prielecciones. Historia y caricatura del dedazo de Magú y Sara Sefchovich (2000).

El simbolismo de este dedo que se esconde en el cartel muestra una forma de hacer política. Como sucedió con el presidente Zedillo que intentó erradicar el dedazo, pero acabó legitimándolo. Así, el cartel también se puede convertir en una interpretación de la lucha interna priista por la candidatura del partido, debido a las campañas que se desarrollaron al mismo tiempo que surgió el cartel. Por consiguiente, el dedazo como lo afirma J. Castañeda fue creado para evitar las luchas políticas internas, y garantizar la continuidad del PRI en el poder, y en el caso del cartel representa que esa continuidad priista podría llevar al cerdo a la silla presidencial.

Aleccionamiento contra el PRI

El cerdo tiene connotaciones políticas porque dentro del dominio popular mexicano a veces se vinculan con los funcionarios públicos, como puede apreciarse dentro de las caricaturas políticas mexicanas (véase anexo). Por otra parte, “ser borrego” en el uso coloquial se relaciona con hacer lo mismo que los demás y en términos políticos es votar por quien los demás votan, como lo demuestran también las caricaturas políticas (véase anexo). El personaje central, el cerdo y el borrego son representantes caricaturizados de sectores de la política mexicana, con lo que se pone en evidencia la puesta en escena de un discurso denigratorio visual de una forma de hacer política.

El afiche de La ley de Herodes está reutilizando imágenes, que reflejan una de las concepciones populares de la política mexicana. Además, la humanización de los animales en este cartel remite a las fábulas y su intención, al igual que los refranes, es plantear una situación problemática, para transmitir una enseñanza. De esta manera, al criticar a un partido político que impone las leyes “chingando o jodiendo” intenta aleccionar a los receptores. Lo que indica que no mantiene una postura neutral con miras a las elecciones presidenciales.

El cartel muestra con imágenes “la ley de Herodes o te chingas o te jodes”, que se traduce en una alegoría de una ley que siempre “chinga” a quien la recibe. Esta alegoría indica que el PRI (representante de la política mexicana) es el aplicador de esa ley. De la misma manera sucede en el contexto social porque durante siete décadas y hasta el momento de la exhibición del cartel fue el único partido en la presidencia de la República Mexicana. La alegoría, la fábula y el refrán, indican que el cartel busca aleccionar políticamente a los receptores, mostrando a los integrantes del PRI como cerdos.

Problemática de la sucesión presidencial

Las elecciones resultan el eje conductor del cartel y ahí se alude a los problemas internos priistas debido al “dedazo” de 1999 que acarrearon luchas partidistas, con lo que se plantea la permanencia del PRI en el poder. Por otro lado, como se ha señalado, el cerdo puede asociarse con un proceso de evolución, por lo que podría ser el sucesor de la figura presidencial.

El 1 de diciembre del año 2000, después de 71 años de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional, tomó posesión de la presidencia de México el candidato panista Vicente Fox Quesada. Por consiguiente, con la llegada del PAN a la presidencia de la república, otra de las lecturas que se obtuvo con el cartel de La ley de Herodes es: “o se chingan con el PRI o se joden con el PAN”.

La intención política imperante en el entorno social se traduce en el motivo del cartel, sobrepasando la intención artística que, debido a la intención aleccionadora y didáctica, obtiene tintes dogmatizantes. Esta postura lo sitúa como elemento activo dentro del escenario político, y refleja la posición de un sector inconforme de la sociedad. Esta obsesión anti-priista se interpreta como la intención de sacar al PRI del poder lo que, durante las campañas presidenciales del 2000, se conoció como el “voto útil” porque llamaba a votar en contra del unipartidismo presidencial.

Conclusiones

Por lo tanto, puede observarse en el cartel de la película que comento cómo algunos elementos extratextuales, se han transformado en formas estéticas dentro del sentido visual y textual del cartel, es decir, el refrán “La ley de Herodes o te chingas o te jodes” está siendo utilizado para representar una forma de hacer política en México.

El cartel como intención primaria promueve la película La ley de Herodes, pero después del análisis se obtiene que la atención se centra en la representación del PRI como un partido político que impone sus leyes, se asocia con los cerdos y elige a su sucesor por medio del dedazo. Es un instrumento que busca desacreditar al PRI con miras a las elecciones presidenciales, tal como si estuviera realizando una campaña de desprestigio. Muestra los lados negativos de este partido, para que el espectador-elector vote en su contra, con lo que se convierte en una herramienta de propaganda política.

Esta problemática que evidencia y critica el cartel, incluye una interpretación de la política mexicana gobernada por el PRI, desde la presidencia municipal hasta la presidencia de la república. Este afiche puede relacionarse con las fábulas por el proceso de humanización de los animales. Por consiguiente, la moraleja (enseñanza) del cartel de la película La ley de Herodes es aleccionar a los electores para votar en contra del PRI, porque con ellos “o te chingas o te jodes”.

Bibliografía

Barnicoat, John (2000), Los carteles. Su historia y su lenguaje, Barcelona, Gustavo Gili.

Carcaud-Macaire, Monique (textos reunidos y presentados por) (1998), Sociocriticism. Images, Montpellier, Sociocriticism, vol. XII.

————— y Jeanne Marie Clerc (1995), Pour une lecture sociocritique de l’adaption cinématographique, Montpellier, Université Paul Valéry.

Castañeda, Jorge (1999), La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México, México, Alfaguara.

Crespo, José Antonio (1999), Los riesgos de la sucesión presidencial, México, Centro de Estudios de Política Comparada, colección Estudios Comparados.

Mina Editores (2001), “El nuevo cine mexicano”, en Cine Confidencial, núm. 19. México, Mina Editores.

Ibargüengoitia, Jorge (1992), La ley de Herodes y otros cuentos, México, Joaquín Mortiz.

Magú y Sara Sefchovich (2000), Las prielecciones. Historia y caricatura del dedazo, México, Plaza y Janés.

Orwell, George (2003), Rebelión en la granja, México, Editores Mexicanos Unidos.