Cuando las criptomonedas que no son Bitcoin suben en conjunto en contra de Bitcoin y del dólar, es temporada de altcoins.
En criptomonedas, se suele hablar de la altseason, que es un periodo en el que las altcoins, es decir, las que no son Bitcoin, comienzan a subir de valor. Te contamos de qué se trata.
Generalmente, luego de una fuerte baja en el precio del Bitcoin, los inversionistas comienzan a buscar en otras criptomonedas, como Ethereum, Cardano, Polkadot, o hasta Dogecoin. La característica de la altseason es que durante un corto lapso, las altcoins en conjunto vayan al alza en contra del dólar y de Bitcoin.
Las altcoins históricamente (sin contar lo excepcional de 2020 y 2021, que no asegura que se repita en el futuro) se mantienen a la baja o estancadas. Sin embargo, de vez en cuando y por periodos cortos, presentan súbitas y correlacionadas alzas.
Las altcoins tienen mayores riesgos, pero es posible ganar más
Lo que ocurre es que Bitcoin es la criptomoneda más sólida, y por tanto, la que muchos inversionistas ya toman como referencia de este mercado. Al ser más sólida, su crecimiento se ha ido estabilizando y aunque sigue siendo sorprendente en comparación con otros activos, desde las acciones hasta los bonos, cada vez se considera como un activo de menor riesgo.
Por otro lado, las altcoins atraen a inversionistas que buscan aún mayores retornos frente al mayor riesgo que supone invertir en ellas. Incluso bajo esquemas altamente especulativos, como el caso de Dogecoin o Shiba Inu.
Con la caída de Bitcoin en 2017, esta criptomoneda poseía el 90% de todo el mercado de criptomonedas por capitalización bursátil, mientras que las otras altcoins tenían el 10% restante. Actualmente, Bitcoin domina el 46% del mercado de criptomonedas. Actualmente, Bitcoin domina 46% del mercado de criptomonedas.
Luego de la caída de Bitcoin en 2017, los inversionistas voltearon a ver a las altcoins a precios baratos, e invirtieron buscando tal vez al siguiente Bitcoin. Hacer esto es de extremadamente alto riesgo, porque si no se sabe en dónde inviertes, puedes terminar en una criptomoneda fraudulenta, y no necesariamente un éxito como los intrépidos que compraron Ethereum en 2015 y aún lo conservan.