¡Está confirmado! La barra de oro encontrada en el Centro Histórico es parte del tesoro robado por los españoles durante la Noche Triste.
A quinientos años de la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlán, uno de los episodios que más se rememorarán es el de la Noche Triste. Aunque mucho se ha dicho de este evento, hay una sola prueba material de que sucedió: un tejo de oro encontrado en la Alameda del Centro Histórico de la Ciudad de México. La barra de mineral se habría perdido hace 500 años durante la retirada de los conquistadores de Tenochtitlán.
Actualmente, el tejo de oro está expuesto en el Museo Nacional de Antropología. Desde su aparición, las dudas sobre si se trataba de un artefacto auténtico de aquella época no habían sido resueltas.
Finalmente, gracias a la ciencia fue confirmado que se trata de un objeto perdido durante el 30 de junio de 1520. El trabajo de investigación se llevó a cabo en colaboración con el Instituto de Física de la UNAM, el cual proporcionó un aparato con Flourescencia de Rayos X y, de acuerdo con su composición química, se pudo concluir que fue fundido entre 1519 y 1520.
El oro de la Noche Triste
El tejo fue encontrado un 13 de marzo de 1981 del lado norte de la Alameda central, lo que coincide con la ruta que Hernán Cortés y sus soldados recorrieron al querer escapar de los ejércitos mexicas. De acuerdo con las fuentes históricas, el evento representó una fuerte baja para los españoles y sus aliados los tlaxcaltecas y huejotzingas, quienes ese día sufrieron las represalias de los tenochas enfurecidos por el asesinato de Moctezuma.
El hallazgo se dio durante la construcción de la Banca Central en avenida Hidalgo. El trabajador Francisco Bautista fue quien lo encontró a 4.80 metros de profundidad. Durante la época de la Conquista, dicho terreno comprendía el canal de Toltecaacaloco, mismo que recorrieron los españoles para retirarse de la isla. Debido a ello, la teoría afirma que el artefacto que permaneció abrigado por la tierra casi 460 años se trataba del oro que los españoles robaron a los mexicas y que fundieron en barras.
Otro de los datos, que parecieran confirmar la teoría, es la descripción que hizo Bernal Díaz del Castillo de los tejos de aquella época. De acuerdo con el doctor Leonardo López Luján, directo del Proyecto del Templo Mayor, Bernal Díaz del Castillo refirió que los lingotes medían cerca de 5.4 centímetros, medida exacta del encontrado en 1981.
Por otra parte, el Códice Florentino ilustra que tras la huída de los españoles, los mexicas trataron de recuperar los tesoros saqueados. En el documento se puede observar un mexica portando una espada y una barra de oro. Es probable que dicha barra haya sido fundida por los plateros de Moctezuma que había en Azcapotzalco, de acuerdo con el modelo solicitado por los europeos.