La exhibición y exposición de este nacimiento monumental está dirigido al público de distintas edades, así como contextos socioculturales, pues el nacimiento es una escenificación que se replica en distintos hogares mexicanos.
Este poblano ganó por lo menos tres concursos en la década de los setenta con la colocación de nacimientos monumentales.
Desde hace seis décadas para la familia de don Felipe Ruiz y Juliana Cabrera, poner el nacimiento es una de las actividades más importantes de la Navidad, toda vez que se trata de una exposición monumental en la que no solo invierten dinero sino también tiempo, esfuerzo, amor y a veces enfados, lo que hace más especial este trabajo.

Fue en 1958 cuando comenzó el interés de don Felipe, de 88 años de edad, por colocar el nacimiento monumental; ahora, en una de las habitaciones de su casa en el Barrio de Analco con piezas que tienen más de 50 años de antigüedad y casas elaboradas por él, y sus hijos con cemento y adobe se puede apreciar el montaje que cuenta hasta con una puerta de entrada a la ciudad de Belén.
Pasajes bíblicos como La Anunciación, La Visita de María a Isabel, los peregrinos pidiendo posada, la Huida a Egipto y el pesebre en el que nació el Niño Jesús así como la llegada de los tres Reyes de Oriente están representados en una habitación con instalaciones eléctricas elaboradas específicamente para esta exposición artesanal y en la que es posible apreciar, incluso, detalles como la luna y las estrellas.
La idea de este poblano no es improvisada pues ganó por lo menos tres concursos en la década de los setenta con la colocación de nacimientos monumentales y en el conocido Banco Internacional, años atrás, también, fue reconocido por la elaboración de este montaje.
La exposición está abierta al público, la gente ya conoce desde hace décadas el trabajo de don Felipe, quien no se ha dejado vencer por los estragos del tiempo ni las enfermedades que lo achacan, porque su pasión y entusiasmo es notable cuando explica en qué consiste cada una de las escenas.
Don Felipe se preocupa por cada uno de los detalles del nacimiento desde la iluminación hasta que cada una de las escenas esté perfectamente representada con las figuras que guarda celosamente hace varios años con el argumento de que en la actualidad las figuras ya no son tan bellas como antes.