A 30 minutos del pueblo mágico de Atlixco, en la comunidad de Huaquechula, se encuentra el enigmático páramo de los duendes. Un lugar que asombra, completamente dedicado a una de las leyendas más famosas de esta región, con casitas y decenas de duendes creados a mano. Sin duda, este mundo mágico en miniatura te sorprenderá.

Un diminuto mundo mágico
En el páramo de los duendes los protagonistas principales son los duendes. Esos pequeños seres que, según cuentan los habitantes de Huaquechula, han habitado esta tierra desde hace muchos años. Las leyendas nos dicen que estos seres solían aparecerse ante los pobladores durante la madrugada. Aprovechaban la oscuridad para pasear por las parcelas de los cultivos y, de vez en cuando, también por las calles poco alumbradas y en el mismo zócalo del pueblo.
Todas estas anécdotas inspiraron la creación del páramo de los duendes, construido a modo de una pequeña aldea, con decenas de casitas miniatura construidas de diversos materiales. Los duendes se asoman por las ventanas, otros están parados en el umbral con expresión indescifrable, o bien, se posan bajo algún árbol y dan la bienvenida a los visitantes.
Páramo de los duendes, donde vive la tradición
Aquí las leyendas se hacen realidad y se mantiene viva la tradición de un pueblo. Tener al Páramo de los Duendes como un lugar tétrico es un error, pues más bien es un aura de misticismo la que envuelve a esta diminuta aldea en medio del bosque. La magia está en cada rincón, solo hay que observar atentamente mientras paseas por los pasillos de este mundo en miniatura como sacado de un cuento de hadas.
Huaquechula es un pueblo con mucha tradición que debes colocar en tu lista de lugares a visitar. El mejor momento es en noviembre, durante las celebraciones de día de muertos para que puedas apreciar la belleza de los altares monumentales que colocan los habitantes de la comunidad. Además, podrás disfrutar de platillos típicos de la región, dulces mexicanos, pulque y una gran variedad de artesanías.